Entiendo. Te levantas con la cabeza puesta en mil cosas para organizar tu día, y que nada se te olvide. Te lavas la cara, los dientes, desayunas si sos de los afortunados y sales corriendo a tu trabajo. ¿No se te está olvidando algo? ¡El cuidado de la piel es esencial!
-Bueno – me dirás-, quizá haga a tiempo y me maquille en el camino… o quizás alcance con un brillo labial.
O quizás te maquilles en casa con todo el tiempo del mundo, luego de lavarte la cara.
No.
Esa no es la idea.
La idea es que cuides de tu piel con una rutina diaria y otra nocturna, para que se vea fresca y luminosa, sí, pero también para mimar al órgano más extenso de tu cuerpo, el que ataja todas las balas por los demás órganos, aquel al que le toca rozarse con el mundo exterior.-
Primero lo primero, empecemos con una simple rutina de día que puedas seguir fácilmente sin caer en la tentación de abandonar por falta de tiempo, olvido, poco sueño, etc.-