El aceite de almendras dulces es ampliamente conocido por su profunda acción nutritiva sobre la piel, y podemos decir que el azúcar tiene igual fama en relación a la exfoliación.
Así que podemos esperar que esta mezcla haga milagros. El proceso es exactamente el mismo: una cucharada de azúcar con una cucharada de aceite de almendras será suficiente para masajear tus manos por varios minutos.
Una vez que sientas la mezcla más espesa, puedes dejarla en tus manos hasta que el aceite se absorba de forma notable, y luego enjuagarla. Recuerda que debes emulsionar tus manos para que los restos de aceite puedan salir por completo y no queden las manos aceitosas.
Para lograrlo, utiliza jabón líquido directamente sobre tus manos, sin mojarlas previamente. Extiende el jabón líquido masajeandote las manos como si fuera un ingrediente más. Verás que se comienza a formar una espuma densa blanca, y es allí cuando podrás comenzar a meter un poco de agua, para finalmente enjuagar por completo.