Cuidar un tattoo no es cosa de niños, y todo el proceso suele ser de locos. Es inmensa la búsqueda que realizamos apenas decidimos hacernos un tatuaje. Qué tintas son las mejores, qué artista se adapta mejor al estilo que nos gusta, qué diseño será el elegido para perdurar en nuestra piel por siempre. Pero, ¿qué pasa después de tatuarnos? Muchas veces nos olvidamos que una etapa fundamental para lograr tener un tatuaje hermoso, es su cicatrización y el cuidado que esto conlleva. Los tatuajes son heridas abiertas y por lo tanto hay que cuidarlos como tal.
Hoy en día, lamentablemente, existen muchos artistas de tattoo que tal vez no tengan la formación necesaria, desde que la industria del tatuaje ha crecido y, como también pasa en otros ámbitos, surgen tatuadores autodidactas y de cursos ultra rápidos (que suelen ser llamados intensivos). Allí se pierde una parte importantísima del proceso de tatuarse: la piel. Cuidar un tattoo pasa a ser un segundo plano para muchos tatuadores hoy en día.
Siendo tatuadora hace casi 10 años, he visto horrores: líneas expandidas, zonas súper irritadas, infecciones, cicatrización abultada del tattoo… Cosas que, debo recalcar, no son normales. En la mayoría de los casos no sólo se debe a tal vez un trato muy agresivo por parte del tatuador en pieles muy sensibles, sino al hecho de que el “artista” no supo indicar el adecuado cuidado post tattoo.
Quisiera aclarar que todos tenemos pieles diferentes, unas más sensibles que otras, y que no siempre los cuidados que realice una persona serán efectivos en otra. Sin embargo, con mi experiencia y estudios, he determinado la manera más efectiva de tratar tu tattoo para cuidar tanto tu tinta como tu salud.
Qué tener en cuenta para cuidar un tattoo
Higiene
La parte más importante que debemos tener en cuenta luego de tatuarnos es mantener el tatuaje y toda la zona que lo rodea limpios. Al lavarlo evitamos que se formen bacterias que pueden generar infecciones, que no sólo afectarían el resultado final del tatuaje, sino nuestra salud. Yo recomiendo lavar la zona 3 veces al día, muy conscientemente, dando un leve masaje con la yema de los dedos.
Nunca debemos pasar un jabón en barra directamente sobre el tatuaje recién hecho, lo mejor es usar jabones líquidos antibacteriales. Normalmente indico a mis clientes que usen un jabón antiséptico y desinfectante (digluconato de Clorhexidina) que es utilizado a nivel quirúrgico. Pero en caso de no conseguirlo, los jabones líquidos antibacteriales son una buena opción (Protex, Espadol, etc.).
Luego de lavarlo siempre se debe secar con servilletas de papel descartables, dando toquecitos. No usar toallas, gasas o algodón, ya que pueden dejar residuos o pelusas que facilitarían el desarrollo de las bacterias.
EXTRA TIP
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Humectación
Luego del lavado, otro paso importantísimo es mantener la zona hidratada y brindarle algunas herramientas para que la cicatrización sea más rápida y efectiva. Jamás debe aplicarse a una piel recién tatuada cremas de uso cosmético ya que contienen exceso de alcohol y fragancias. Imagínense lo que diría un médico si tratáramos una quemadura con Nivea.
Es correcto utilizar cremas como Dermaglos con vitamina A. Si es en su versión de emulsión mucho mejor, ya que ayuda a que la piel absorba la crema más fácilmente. Para pieles más sensibles, o que tienen dificultad cicatrizando (como la mía) he descubierto que la mejor opción para tratarlas son las cremas con sulfadiazina de plata (antibacteriano).
En mi caso prefiero la de Denver Farma, ya que también contiene lidocaína, lo cual ayuda a reducir la molestia en la zona y además tiene vitamina A, que es el ingrediente que nos ayudara a regenerar el tejido. Siempre es recomendable tener la opinión de nuestro médico, ya que podemos tener reacciones alérgicas a algunos componentes de ciertas cremas.
La crema se debe aplicar siempre después de lavar y secar la zona adecuadamente, en capas finas hasta que se absorba en su totalidad. Es de suma importancia mantener la piel hidratada pero no húmeda, para así evitar el riesgo de contraer infecciones. Como aclare antes, todos tenemos pieles diferentes, por lo que algunas personas necesitarán hidratar su tatuaje más veces que otras. Debemos aprender a conocer nuestra propia piel.
EXTRA TIP
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Exposición al sol
Las tintas de tatuaje, ya sean vegetales o acrílicas son, en su totalidad, fotosensibles. Es decir que reaccionan a la luz del sol. Es primordial que la piel recién tatuada no sea expuesta al sol, no sólo para asegurar que las tintas perduren con colores vibrantes y profundos, sino para que la piel que no se irrite aún más y permita una correcta cicatrización.
Cuidados adicionales
Debemos ser conscientes de que al ser una herida abierta el tatuaje puede ser la puerta de entrada de virus y bacterias, por lo que es importante no sumergirse en agua cuando acabamos de hacernos un tatuaje. Ya sea en el rio, mar, lago, incluso en piscinas, el agua es transporte de microorganismos que pueden afectar gravemente nuestra salud. También hay que evitar los deportes o actividades de contacto, ya que los accidentes ocurren y no debemos arriesgarnos a herirnos sobre el tatuaje recién realizado.
Todos estos cuidados deben ser seguidos al pie de la letra por lo menos por 15 días (hay gente que necesita realizarlos al menos un mes), para asegurar la correcta cicatrización del tatuaje.
Una vez cicatrizado, es imperioso seguir con ciertos cuidados para que logremos tener un tatuaje saludable y de colores brillantes que dure a través del tiempo. Recomiendo siempre usar protección solar 30, bañarse con jabones humectantes y no rociarlo con perfumes o colonias, ya que el alcohol suele quitar intensidad a las tintas.
Si seguimos estos consejos para cuidar un tattoo, y prestamos atención a cualquier reacción que tenga nuestra piel, nos aseguraremos un resultado hermoso y saludable por años.
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